2.7.11

Hechos mudos que se expresan por sí solos.


Pequeños héroes, grandes aventuras

La infancia. Somos muchos a los que nos pasa: esto de pisar la adolescencia y mirar hacia atrás; decir: qué lindas épocas y querer volver corriendo, pero ya pasó. Todos mis héroes, ya sean dibujos animados, no eran solo eso, eran almas, eran frenesí de la personalidad, sangre que recorre hoy en nuestros pensamientos y recuerdos. Merecen una publicación mínimo en agradecimiento. La constituyeron shows y programas a los que me aferré muchísimo y por eso estoy orgulloso, tales como la fiebre amarilla pokemonense, los imposibles de Disney y los inéditos Cómics. Claro que una vez que uno madura, todo eso queda atrás pero sigue siendo una base y aunque algún que otro capítulo nos deje enseñanzas para cualquier edad. Sumergirse en historias como las eran las de fantasía era toda una aventura, cada uno agradecía a su creatividad para poder viajar a otra dimensión, creo que yo lo hacía. Era un canal bastante fácil y accesible que todos debemos tener y mantener. Y eso, prácticamente mi amor a la infancia y a lo que hicieron por mí. 
 
 
Nadie como tú
Obvio que no. Porque ella es única y con una personalidad que me atrapó desde ¿cuándo? Desde que vi un par de capítulos de la serie. Y esta nota no va dirigida al programa que me definió, sino al personaje que se ganó todo mi cariño dentro de la serie ¿y por qué? Porque sí. Es rubia, tiene clase, es adorable, tiene historia y conflictos. No es "el personaje" porque carece de miles de detalles, pero está llena de errores lo que la hace más humana. No hay nadie más real en esa Isla que Shannon Rutherford. Es como amar a un Judas o sentir ganas de abrazar al malo de la película, aunque luego el malo no es nada más que una víctima. Sentirla viva por al menos una temporada me bastó para quererla seis temporadas y aunar su regresó en la última, aunque solo fuese por cinco o seis débiles minutos. Su muerte no marcó tendencia, capaz sentenció a algunos otros personajes pero para los fanáticos de la rubia nos cicatrizó y ésto nos afectó dos o una temporada después, cuando no oíamos las peleas matutinas que tenía con su hermano o peor aún, sus insultos disparatados que iban dirigidos hacia cualquiera. Toda una femme fatale. Ella fue ideal en su momento y lo sigo siendo después. Dejó su marca en la serie, su efecto y todo su perfume humano que invadió el corazón de muchos espectadores. Shannon, no te olvido jamás.
 
Juegos que no son juegos
 Aprendí, no hace mucho, que acá en Argentina el fútbol es otro estado de ánimo. No sé, ayer lo entendí, capaz por primera vez o segunda porque cuando me sumo a algo lo defiendo a muerte y lo tomo muy personal. 1-1 Argentina y Bolivia, lo cuál me pareció patético porque merecíamos ganar pero todo no se puede. Es la selección, son los mejores jugadores de acá y el fútbol es el deporte de la Argentina. En fin, quizá en otra ocasión me encuentren hablando de Velez o Gimnasia -que se fue a la B- y esto es más que descomunal en mí, sépanlo.

Y todo lo bueno, dura poco
De todas formas tenía que terminar ¿no? Encima ahora vuelven a garpar con esto del Glee Project. Ya no más ganzadas al putillo, ni a la negra gordi, ni al jugador de fútbol, a la narigona de Rachel, a la libanesa de Santana ni a la boluda de la rubia, que me parece que evolucionó en un pokémon y se hizo más inteligente. No sé qué pensar de todo esto; el final me gustó, todo muy yankee y blablablá. Todo drama adolescente, puras patrañash. Y después me pongo a pensar: ¿qué más se puede hacer con una serie así y escritores así? Mucho más no. Así que por ahora, un 7 casi 6 le sienta perfecto. Voy a ver qué onda la temporada que viene ... tres o cuatro años duró la serie en general, puff, falta todavía para superar a obras maestras.






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