No me cuestiono.

  ¿Por qué uno se encuentra en la soledad?

Reacción típica de cualquier adolescente promedio. Es una cuestión más que nada de uno mismo, que depende de la personalidad que lleve a cabo cada persona y en el ambiente en el que se encuentre. No sé si seré yo, si serán los demás, solo sé que no sé nada. No consigo rozar ni siquiera a una persona que me valore al por ciento que yo busco, alguien que te sepa estudiar de pies a cabeza, que con una mirada o un gesto baste para intuir lo que pensás o lo que sentís. Ahogarse en un mar de emociones y finalmente sentir algo por alguien, sin temer a las dudas y sin vacilar. Sin caer en el hoyo de las tentaciones, sabiendo que esa persona te amará por el resto de la eternidad. Sin medidas, sin límites.

¿Será que las medidas para valorar a alguien pasa por el peso? ¿Por un par de minutos de moda? ¿O por ese afán de ser un conocido entre los de tu ambiente? Muchos hipócritas dicen que no, pero se manejan en esos términos. No tolero miles de cosas, sé lo que no quiero y prefiero mantenerme en esa posición, porque para salir herido hay muchas otras cosas. En esto del amor hay que tener reglas también, porque no es un juego común, es una manera de producir heridas y así cicatrizes.

Podré no ser un ejemplo popular de la figura masculina en particular, pero por el contrario soy un ícono de lo desconocido, de lo impredecible y me fijo más bien en una buena personalidad que en un buen cuerpo. Así son las cosas para la gente madura ¿o no? Menos mal que no somos tanta minoría, porque sin la mayoría ¿qué sería de nosotros? Es bueno tener un balance, no siendo extremista. Hallar un gris por estos aires es un verdadero lujo, que nadie se lo da.

¿Ojos verdes, celestes, claros? Sí, hoy en día es un pasaje a cualquier tipo de relación y me parece que el único pasaporte que se necesita acá es el de la actitud y valor para saber enfrentar cualquier situación junto a tu pareja. Aceptarse tal cuál uno es, sin peros ni bloques: ese es el verdadero camino al éxito.