12.7.11

Si romper los límites es pecar, ¿estaré en el infierno?

 SELINA MARIANNE FERGUSON
Hola, mucho gusto. Mi nombre es Selina Marianne Ferguson, si tienes algún problema con él no tengo tiempo para tus quejas, llama a mi asistente ... Mentira, eso quisiera porque es mi sueño trabajar en la empresa Ferguson. ¡Ah sí! Olvidaba un par de detalles; mi padre es el director y encargado de mover dinero -de gran cantidad- al exterior. Eso significa que mi estilo de vida no solo conlleva lujos de calidad sino que también me define y mucho. ¿Soberbia, fría o aristócrata? No, eso nunca porque detesto el racismo entre clases. Algunos me llaman la Eva Perón de los Ferguson, sobre todo porque voy en contra de varios principios de la compañía.
Vivo en Nueva York, en pleno centro de la ciudad. No me disgusta, pero a veces quisiera viajar a Kansas para respirar de los pulmones de algún campo, creo que a veces tanta contaminación sonora nos vuelve irritables y odiosos. Y si de gente histérica hablamos, mi hermano es el primero en ese puesto, olvíden su nombre porque no servirá de mucho, es de menor importancia. Desde pequeña tuvimos un trato más que cordial con él, pero en el fondo sabe que es una parte de mí, como cualquier relación en el mundo.
Enamoradiza, aplicada y justa. Son tres palabras que cualquier político debería tener, pero esa soy yo. Cariñosa y social, sobre todo con la gente de mi entorno, a quien más aprecio y tengo en cuenta matutinamente. Mi futuro lo es todo, a veces olvido hasta el presente, pero por la presión de mi padre, quién anhela que sea exitosa y lo seré porque me tengo confianza y pues ... los hechos también me demuestran el brillo que se acerca. Lo sé, puedo sonar ambiguamente mediocre pero para llegar a la cima hay que escalar con la educación y apuesto mi conocimiento en ello porque creo en el individualismo y en el poder de cada uno. Soy partidaria del "querer, es poder".
Soñadora, compañera y tesorera. Esto de ser surrealista me encanta, me traslada a otra realidad y mi pasaje directo es la música ¡porque estoy segura que no hay ninguna sensación como gritar, cantar o bailar! Tres cosas de las que me dediqué a ser fan desde mi infancia, aunque las risas de compañeros y amigos nunca van demás. La ardua tarea de colaborar con ayuda me es indiferente, pero siempre que apunto a cooperar con alguien, debe de ser cercano y lo doy todo por cada integrante de mi ambiente social. Y a la larga recibo resultados tales como la confianza mutua y en eso soy una tumba, porque no haría nada que no me gustaría que me hagan. Soy segura de mi misma y me considero una aventurera, como si el mundo estuviese hecho a mi medida.
Las normas son las normas. Romperlas me da curiosidad pero nunca cruzé esa línea y si lo hago, será cuando esté bajo mi propia responsabilidad, de momento vivo con papi así que dudo que se me haga costumbre romper límites, por el contrario soy una experta en recetas, en breves campos de la psicología, así como en fotografía y diferentes tipos de artes contemporáneos. Tal vez me vean como una máquina cultural, pero a profundo soy un ser de puros sentimientos.
¿Traición? Detesto la hipocresía en las personas, las intoxica y las marca para siempre. Odio las mentiras, aunque las piadosas pasan de largo. Muchos me declaran inocente y son testimonio de lo enfadona que puedo llegar a ser si me siento dolida por alguna situación.
Tengo altas y bajas, pero soy una exploradora del punto medio del que todo me hace bien. Los extremos nunca me fueron sanos ni lo serán. Vivo bajo la protección y el seguro de mis valores, de mis principios y sentidos. Y en el campo de los gustos soy bastante personal y particular: detesto la arena, sin embargo me enamoro de la playa, las montañas son mi adicción pero temo a las alturas, el tema ambiente y bosques son a lo que me dedicaría pero el verde me asquea. Quizá sea ambigua pero también decidida. ¡Ah, ah! Entre tantas olas y esto de la playa, recordé un dato interesante: mi nombre no es solo una composición de letras, tiene un significado, pero ¿cuál es? Selina, diosa de la luna y fertilidad, es una divinidad femenina y defensora del mismo sexo. ¿No es genial? Combina con mis ojos y mi cabello, y mi rostro y ... ¡mi todo! A veces me llaman Mar, por Marianne, aunque solo les permito a algunos amigos, porque quizá se gaste.
¿Historia? Guau, amo estos momentos, más que nada porque soy la protagonista número uno. A ver, ¿por dónde comenzar? Veamos, veamos ... Sí, creo que aquí está bien. O no, mejor por acá. O tal vez allá. Acá y punto.
Nací un veintidós de Mayo. Dicen que esa fecha es apta para el nacimiento de los gemelos, pero solo los supersticiosos lo comparten y yo, personalmente, no soy una de esas personas. Pero en fin, el parto lo llevó a cabo mi madre en el Hospital Saint Sebastian. Mi padre al tener contactos le organizaron toda la operación al cabo de un par de horas, eso fue la parte linda y rosada de la historia. ¿Y la parte mala? El resto ... Pues, según los comentarios de profesionales, varias fracciones de mis recuerdos se han perdido o borrado porque así lo quería inconcientemente, pero aún no sé la verdadera razón, de momento tengo que apostar mi confianza en esa afirmación. Desde mi infancia llevo la cicatriz de una pérdida grave, la de mi madre. Adoptar la costumbre de asimilarlo me llevó un par de años, incluso cuando más la necesité fui el doble de fuerte y me logré superar ante la situación y probarme lo segura que voy por el camino de la vida. A veces lo injusto sucede y no te queda más que llorar o reír por lo bajo, para luego seguir. Así fue ... seguí y no solo yo, sino la familia había quedado debastada pero esas heridas siempre sangran hasta que el destino del tiempo decide frenar la hemorragia. Este proceso contó con el paso de otros años más. Pero como dice mi ídola: las chicas grandes no lloran. Obvio que esa aclaración es mentira, siempre fui presa de mis lágrimas pero agradezco haber sobrevivido a ciertas etapas.
Sufrir se hizo hábito hasta toparme con un nuevo ambiente, con uno repleto de amistades y gente que me quería entender, que quería ayudarme y amarme. Porque seguía siendo un ser humano y necesitaba la calidez del compañerismo y la busqué en las mejores personas, y gracias a ellos me llené con recuerdos y experiencias que jamás olvidaré.
Creo que fue el ciclo de la vida lo que me enseñó a amar. Y me gusta creer eso, porque soy así y no prometo cambiar.
Así es. Así soy yo. Selina Ferguson, un gusto conocerte y nos veremos en alguna conferencia de la Ferguson. Co. Au revoir.


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